viernes, 8 de junio de 2012

El enemigo público número uno. Ayuda para Omertà

Permitidme mis estimados y silenciosos amigos que hoy vuelva a hablaros del juego de rol, Omertà, el poder de la mafia. Esta vez vamos a centrarnos en aquellos tipos que sin tener nada que ver con la Mafia ocuparon las primeras planas de los principales periódicos con sus tiroteos, sus atracos, sus espectaculares fugas de la prisión, contrabando, robo, persecuciones, mas tiroteos y mas bancos atracados, nos referimos a aquellos hombres y mujeres que coincidieron en una época que tuvo a bien llamarse, la época de los enemigos públicos.

A finales de los años 20 y principios de los 30, en plena crisis económica, en EEUU sobresalieron unos cuantos tipos que arma en mano, decidieron solucionar sus problemas económicos. Nombres como Bonnie & Clyde, John Dillinger, Lester "Baby Face" Nelson, Gillis, Charles "Pretty Boy" Floyd y Katherine “Ma” Barker fueron solo algunos de ellos, quizá, los más sonados del momento y cuya historia ha trascendido hasta la actualidad en forma de libros, películas e incluso música.

Estos atracadores no estaban del todo mal vistos por la sociedad americana, al menos, no por la mayoría de ella, pues atracaban bancos en una época en que los bancos cerraban de la noche a la mañana dejando a sus clientes sin un penique, la época en que los bancos expropiaban granjas para cobrar prestamos dejando a familias en la calle. Entonces aparecieron estos atracadores de bancos, y como decía, se ganaron la simpatía del vulgo que llegaba a considerarlos los nuevos Robin Hood.

Bonnie & Clyde fueron todo un caso, podría decirse que la máxima “Vivir peligrosamente” fue acuñada por ellos. Bonnie era una pelirroja que desbordaba carisma, cuando era detenida y se la dejaba hablar era capaz de convencer a cualquiera con una de sus lacrimógenas historias, era buena estudiante e incluso había ganado premios de caligrafía en su escuela. No así Clyde, mucho más rudo y torpe. Esta pareja de atracadores eran unos auténticos chapuceros en su trabajo. No planeaban prácticamente ninguno de sus golpes, simplemente se plantaban en el banco a atracar y lo desvalijaban huyendo en su vehículo cargado de billetes y familia. De familia, si, porque esta particular banda estaba formada por el hermano de Clyde, Buck, la mujer de éste, Blanche, y otros tres individuos: Hamilton, Jones y Methvin. Muchos de ellos se agolpaban en el coche en los golpes haciendo de la escena una versión reducida del camarote de los hermanos Marx.

La policía en ocasiones llegaba a tiempo y las persecuciones terminaban en un reguero de plomo y petardeo de motor logrando escapar por lo general gracias a la habilidad al volante de Clyde.
Bonnie & Clyde compartían entre otras cosas, su pasión por la velocidad, las armas potentes, disfrutaban con la vida al límite y del sexo. Algunos historiadores aseguran de esta famosa pareja que ella era especialmente adicta al sexo, no así él, a quien le atribuyen una dudosa bisexualidad.

Uno de los policías que se encontraban en el lugar en que una cruel emboscada terminó con ellos, Ted Hinton, escribió en su libro "Abrí la puerta del auto, y vi a la muchacha en medio de la sangre, pero aún olía a perfume y su peinado no se había arruinado. Sobre el piso del Ford estaban la pistola con la que Bonnie había alcanzado a disparar, un mapa de carreteras de Louisiana, y el sándwich a medio comer. En el auto se encontraron, también, muchas municiones, algunos elementos de camping, el saxo de Clyde, y quinientos dólares. Había, también, algunas patentes de autos falsificadas de Texas, Louisiana y Arkansas."

Habían disparado contra el coche sin dejar que se detuviera, sin dar el alto o dar posibilidad a que pudieran reaccionar, de forma desmedida. En el Ford se llegaron a contar más de 160 agujeros de bala, acabaron con ellos, pero no con su leyenda.

En el otro lado de la moneda estaba Dillinger.
Ya desde que era un chaval, con doce años encabezaba una pandilla de golfillos que se hacían llamar "los doce sinvergüenzas", robaban carbón, se metía en peleas, amenazaba a otros muchachos e incluso, obsesionado con las mujeres, participó en una violación con sólo trece años. En una de estas acciones acabó yendo a parar ante un tribunal de menores.

Cuando salió de nuevo a la calle decidió dar un paso más y pronto tuvo claro cuál iba a ser éste.  

A los 21 atracó una tienda y atrapado, fue llevado al reformatorio de Pendleton. Tras varios intentos de fuga se decidió que fuera conducido a la prisión de Michigan donde conoció a algunos de los que se acabarían convirtiendo en compañeros suyos más adelante e incluso, siendo el más aventajado alumno de Walter Dietrich, quien había aprendido a su vez todos los trucos del legendario atracador Herman K. Lamm.

Dietrich enseñó a Dillinger que para atracar un banco era necesario seguir unos pasos, tener en cuanta una serie de factores los cuales nos llevarían con seguridad al éxito, todo lo contrario que los métodos de Bonnie & Clyde de los que hablamos antes.

Se tenía que estudiar el banco, conocer perfectamente cada detalle.
Había que atribuir un cometido concreto a cada hombre que participara en el atraco.
Se tenía que establecer un tiempo límite para abandonar el lugar, con o sin botín.
Finalmente, era necesario conseguir un coche rápido y trazar previamente una ruta de huida.

Dillinger cuando salió de la cárcel siguió con su meteórica carrera delictiva, atracó docenas de bancos, cuarteles de la policía donde se armó hasta los dientes, asesinó policías y se rodeó de hombres de confianza, como los que encontrarás en el PDF que te enlazaré más adelante y de ahí, hasta su triste e inevitable final al salir del cine, cuando acababa de ver precisamente la película “El enemigo público nº 1” protagonizada por Clark Gable.


En el PDF que te presentamos a continuación y que ya ha sido colgado en la web de Holocubierta, encontrarás todos estos detalles y muchos más sobre Bonnie & Clyde, John Dillinger, "Baby Face" Nelson, "Pretty Boy" Floyd y “Ma” Barker, no los únicos, pero si los principales protagonistas de la era de los Enemigos públicos número uno.

El enlace a la descarga aquí: